Empezaremos el post de hoy con un
“encarnizamiento” que posteé en la antigua casa hace ya más de 3 años (cómo
pasa el tiempo) y que me ha venido a la mente después de ver esta noticia hace
unos días: 417000 euros en retratos.
El encarnizamiento anterior,
éste: EL TRAJE NUEVO DE LA ONU.
Cuando leo esta clase de noticias
me afloran sentimientos encontrados.
Por una parte todavía me
sorprende la estupidez humana, la falta de ética que nos encontramos cada día y
la poca vergüenza en general que tenemos que soportar de nuestros
representantes.
Por otra, no sé de por qué me sorprende ya nada, si el estómago
y las vísceras se me están encalleciendo de todo lo que escucho, leo o conozco.
Ni yo misma sé si mi yo optimista va a aguantar mucho más con el mundo de
mierda que les estamos dejando a nuestros sobrinos.
El caso es que me volví a acordar
de aquel cuento, y me volví a imaginar a los máximos representantes de la (supuesta)
soberanía popular mirando embobados esas bellas expresiones pictóricas que han
salido de los Presupuestos Generales del Estado (más conocidos como nuestros
riñones). En mi cabeza la imagen era “ohhh”, “ahhh”, “que líneas”, “que maravilla”.
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| vía cuentos-infantiles.org |
Y no pude menos que empezar a echar espumarajos por la boca cual perro rabioso y (como
diría mi madre) nombrar a todos los santos que hay en el altar mayor de la
Catedral.
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| vía lamadrequeanhelabaserescritora.blogspot.com |
Después, una vez pasado el
momento espumarajo, sólo me venían a la cabeza preguntas. Simples y llanas
preguntas que reto a algún representante del pueblo a contestar: ¿En serio hace
falta? ¿No les basta con una foto hecha con esos super iPads que se han agenciao? ¿Es totalmente necesario e
imprescindible? ¿Por qué, por qué? (léase esta última pregunta con vozMourinho).
Y aquí sigo, con el eco en mi
cabeza: ¿por qué?, ¿por qué?
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| vía lacomunidad.elpais.es |
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